martes, 18 de junio de 2013

La Azafata

Tenía que hacer un viaje en avión y me toco un aparato precioso, grande, blanco… aunque no consigo recordar la compañía, pero seguro que era un nombre extranjero y tres letras como siglas. Total, que compre el billete, entre en el mismo y me senté en mi asiento. Estuve mirando el interior y era impresionante, los asientos azules, espacio entre ellos…. Como impresionante era una de las azafatas (rubia, encantadora, preciosa, una tetas marcadas que eran un primor, las piernas ni os cuento…, vamos, una belleza de mujer), que además tenía un tatuaje en uno de los costados (parecía una flor…). El resto del pasaje fue entrando y el avión se terminó de llenar y este despegó y el vuelo fue muy, muy bien, sin contratiempos de interés.

Cuando aterrizamos, bajamos del aparato y nos llevaron a la terminal a los asuntos de aduanas, recoger las maletas, etc. Cuando ya habíamos pasado casi todos esos trámites, me di cuenta que me había dejado en el avión un maletín al que tenía mucho cariño y pregunte al policía si podía volver a buscarle y me dijo que si. Así que volví sobre mis pasos y subí otra vez al avión. Me acerque a mi asiento y encontré el maletín en la parte de arriba de asiento, en la parte para el equipaje de mano. Y cuando ya me iba, salió de la cabina de pilotaje (vi que no había nadie más en ella) la azafata que me había cautivado al entrar en el aparato. Me miro y me pregunto qué hacia allí, yo la dije que había vuelto a buscar el  maletín que llevaba en la mano y ella se sonrió de manera muy picarona...

  -¿Qué busca aquí? – preguntó.

  -Un maletín que creo me he dejado por aquí… - respondí yo.

  -Venga, le ayudo a buscarlo… - comento ella.

Y nos pusimos a ello. Buscamos por todo el avión y no aparecía. Ya estaba desesperado, cuando me tocaron en el hombro. Supuse que sería la chica porque no había nadie más. Y efectivamente, era ella, pero lo que paso cuando me volví no era lo que esperaba...

Al darme la vuelta, la azafata me dio un beso tan caliente que me costa mantenerme en pie, por la sorpresa. Pero lo conseguí y la devolví el beso. Después de esta primero, nos dimos unos cuantos más y entonces la chica me empujo contra uno de los asientos del avión. Aterricé más o menos y vi como la chica empezaba a quitarse la ropa, moviéndose como si estuviera sonando música allí mismo. Dios, y como bailaba. Primero se quitó la chaqueta muy sensualmente, después fue la faldita corta. Tengo que reconocer que no vi donde cayeron, porque estaba hipnotizado por las primorosas piernas, las tetas, el abdomen… Mmmmmmm, que buena estaba y como me estaba poniendo... siempre tocándose muy caliente al son de la música que ella sentía oír…

Entonces se acercó a mí y se dio la vuelta, para ponerme sus ricas nalgas en la cara y bailar de esa manera un largo rato. Cuando noto que estaba realmente caliente, se me puso de cara, me volvió a besar y me bajo los pantalones y los calzoncillos. Vio lo dura que estaba mi polla y se la metió en la boca muy despacio, muy despacio. Primero jugueteo con la punta de la misma, usando su lengua (dando vueltas, subiendo y bajando…) durante varios minutos. Después empezó a usar sus manos para masajearla poco a poco, dando vueltas alrededor de ella. Acto seguido se la tragó hasta el fondo varias veces. Seguidamente, se quitó el sujetador y jugo con sus tetas y mi polla durante un largo rato...

Entonces, se bajó las braguitas de una manera tan sensual, que todavía me la puso más dura. Ella lo noto y se puso encima, subiendo y bajando, subiendo y bajando… y gimiendo a cada acometida. A la vez, yo la sujetaba por la cintura y la acariciaba muy suavemente esa zona, cosa que me pareció que la encantaba...

  -¡¡Mmmmmmmmmmmm, follamé, follamé, guapo, follamé duro!! - dijo.

   -Mmmmmmmmm, no parecía en el viaje que fueras tan putita… – respondí.

Eso parece que la excito aún más y me hizo un gesto para que me levantara y la penetrara por detrás. Así lo hice y la metí hasta el fondo varias veces, para después para en la intensidad y hacerlo más despacio durante un raro. A veces la golpeaba la punta de su coñito con mi miembro erecto y volvía a metérsela, primero despacio y después rápido, primero despacio y después rápido… Incluso la acariciaba las tetas muy suavemente de vez en cuando, notando que los pezones se la ponían muy duros y que gemía cada vez más excitada…

Levanté un apoyabrazos sin dejar de estar dentro de ella y, con mucho cuidado, hice que nos tumbáramos en los asientos. Segui penetrándola de costado, mientras con una mano poco a poco hacia círculos en sus tetas, primero en una y luego en la otra… Al cabo de un rato, la levante una pierna y con las manos acaricié la parte de arriba de su coñito, sin dejar de metérsela bien duro. A veces la metía mi pene y dos dedos. La chica estaba a punto de correrse, así que cuando lo note la penetre con más fuerza y la chica empezó a chillar muy fuerte y muy sensualmente hasta que se corrió y dio el chillido más sexy que he oído en mi vida...

La chica se levantó de un salto y me dijo que me corriera en sus tetas, que estaba desenado ver mi leche encima de ella. Así que la complací, masturbándome rápido para derramarla toda mi corrida donde ella lo quería. Al hacerlo, se lamió los pezones y después otra vez me cogió la polla y me la limpio enteramente. Después nos vestimos rápidamente y no lo vais a creer… ¡¡encontramos el maletín al irnos!! Estaba al lado de la puerta y no lo habíamos visto, jejejeje. Al llegar a la puerta, me dio su tarjeta y me dijo que la llamara cuando quisiera. Yo hice lo mismo, apuntándola mi número en un papel que saque de mi maletín. Nos dimos un ardiente beso y nos despedimos, aunque yo todavía volví un momento la vista para verla una vez más antes de que se perdiera detrás del avión… ¡¡Dios, que piernas tenía la condenada!!

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