El último destino de mis padres era un
país latinoamericano, cercano a Colombia y debajo de Panamá. Habían llegado
allí hacia unos meses y en ellos tuvimos que asistir a muchas fiestas en otras
embajadas a las que nos incitaban para dar la bienvenida a mis padres. En todas
nos lo pasamos genial, así que cuando tuvimos una oportunidad, decidimos hacer
nosotros una para agradecer todas las atenciones que nos dieron. Así que
organizamos una en nuestra sede e invitamos a todos los que nos invitaron a
nosotros. E hicimos que entrara gente que no pertenecía a ninguna embajada, así
como simples civiles.
La fiesta fue un sábado y vino mucha
gente. Pero a mí me llamó la atención desde el principio una pelirroja
guapísima y con unos ojos preciosos, con un vestido negro de noche con un
escote que dejaba ver sus preciosas tetas y sus inmejorables piernas. No la
quite ojo en toda la tarde-noche, porque me hacía pensar en cosas muy
calientes…
La cosa es que, en un momento avanzado de
la fiesta, yo subí al segundo piso para buscar un libro que me había pedido mi
madre. Buscando y buscando por todas las habitaciones, no terminaba de
encontrarlo. En estas llegue a una habitación donde ya pensaba que iba a
encontrar el dichoso volumen. Pero cuando ya llevaba un rato buscándolo, note
con el rabillo del ojo que se abría la puerta. Me volví y vi que la que entraba
era la chica que me había traído loco toda la fiesta. Me acerque a ella, la
salude y la dije que qué buscaba, que si la podía ayudarla a encontrarlo…
-Pues claro que puedes ayudarme. A ti,
cariño. Te busco a ti –me respondió ella.
-¿A mí? – pregunte extrañado.
-Si, a ti. He notado que no me has quitado el
ojo de encima… - dijo ella.
Y dicho eso me beso en el cuello y después
paso a hacerlo en los labios. Yo la correspondí y estuvimos así un rato, hasta
que nos dimos cuenta de que había una mesa en la habitación. Entonces ella me tumbó
sobre ella y siguió besándome, mientras yo acariciaba su culito por dentro de
la parte trasera del vestido. Ella empezó a bajar por mi cuello, mi abdomen
(después de abrir la camisa y retirar la camiseta) hasta que llegó a la parte
baja del mismo. Allí abrió la cremallera del pantalón (no llevaba cinturón),
bajo el mismo y cogió mi polla con la mano para metérsela en la boca muy poco a
poco, despacito. Con su lengua jugo unos segundos con la punta, para luego ir
bajando con su lengua por toda la extensión erecta de la misma. Subió y bajó
unas cuantas veces por la misma, primero muy despacito y luego más rápido. De
vez en cuando la masturbaba con una de sus manos. A mí todo eso me ponía a mil…
y más viendo sus esplendidas tetas por el escote del vestido.
Esa visión me decidió a levantarla y a
quitarla el vestido para lamer esas tetas que llevaba viendo un rato. Así lo
hice y note como sus pezones se empezaban a poner erectos. Yo aproveche el
momento y comencé a lamer el de una teta, mientras con una mano acariciaba el
otro. Unos minutos después cambié de teta e hice lo mismo, pero al revés que
antes. _____ gemía muy caliente…
-Oooooh, siiiii. Oooooh, siiiiii. Fóllame,
nene, fóllame fuerte.
Viendo que la chica estaba decidida, me
levante de la mesa, la puse a ella y con mucho cuidado la quité las braguitas,
acariciando a la vez sus bellas piernas. Después me puse un preservativo y la
penetre fuertemente, entrando y saliendo varias veces de esa manera. Unos
minutos después pare, golpee con mi polla la parte superior de su clítoris
excitado y volví a penetrarla, esta vez mucho más suave y poco a poco, poco a
poco… mientras seguía acariciando sus tetas, pues la chica estaba de cara a mí…
-Te gusta, ¿eh, zorrita? – dije, mientras
seguía follándola.
-Me gusta mucho, amigo mío. Dale más, más,
más fuerte.. - dijo ella, acercándose un poco más a mí, para notar más dentro
de ella mi polla.
A los pocos minutos, la di la vuelta, me
puse detrás de ella y la penetre por el culito, recibiendo a cambio un gemido
de placer máximo. Poco a poco empecé a meterla más y más adentro… hasta que
conseguí un rítmico dentro y fuera, dentro y fuera que hacía que _____ se
estuviera poniendo a mil. A veces la pegaba un azotillo en cada nalga, primero
una y luego la otra y volvía a empezar el mete-saca, mete-saca… Al cabo de un
rato, además de follarla como lo estaba haciendo, con una mano acariciaba su
coñito desde atrás y metía un par de dedos en él mismo.
Tras
unos minutos así, pare de follarla por el culo, me quite el preservativo y tras
masturbar mi polla un poco ella y un poco yo, me corrí encima de sus tetas,
lamiéndome ella el semen que quedaba en la punta de mi pene. Tras unos minutos
abrazados y besándonos, nos vestimos mutuamente y volvimos a la fiesta de la
embajada, no sin antes intercambiarnos nuestros e-mails para volver a vernos al
cabo de un tiempo y yo encontrar el libro que buscaba. Al terminar la fiesta e irme
a mis habitaciones, la volví a ver a lo lejos. Ella también me vio a mí y nos
mandamos un beso y un saludo con la mano, los dos con una sonrisa muy picarona,
jejeejjeje.
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