Querid@s lectoras, esta vez el relato no esta exactamente aqui, sino en el magnifico blog de
Después de leer el relato, no perdais la ocación de echarle un vistazo al blog en su totalidad, que esta muy, muy bien ;) ;)
Y si no quereis ir al blog de mi sexy amiga, lo podeis leer aqui debajo
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Estaba llegando a mi casa y entrando con
el coche al garaje de mi urbanización, cuando noto que detrás de mí entra otro
coche. Como gira a la izquierda y yo me iba a la derecha, pues le perdí la
pista, pero cuando yo llegaba a la puerta del ascensor de mi portal, resulto
que era mi vecina de abajo, que tenía la plaza de garaje en la otra zona. Venía
muy cargada, así que me ofrecí a ayudarla, cogiéndola tres de los cinco bolsas.
Era una chica morena, con una melena corta muy bonita, guapa, con unas piernas
impresionantes… Una chica muy sexy.
Llegamos a su casa, como digo un piso por
debajo de la mía y la chica me pidió que dejara las bolsas en la cocina. Una
vez allí, me fije que había algo raro colgado entre los utensilios de cocina…
Pero como tenía que dejar las bolsas no me fije como para identificarlo. Una
vez que deje las bolsas, ya me fije más en ello y resulto que era… ¡¡un
vibrador!!
Viendo que la chica no venía, lo cogí y lo
mire más de cerca, porque nunca había visto uno colgado como estaba aquel. Me
debí quedar mirándolo demasiado, porque al cabo de un rato oí una risita entre
nerviosa y sexy… Me volví y allí estaba mi vecina.
-Perdón, amiga, pero nunca había visto uno
colgado ahí y no he podido resistirme… - decía, mientras dejaba el utensilio en
su sitio.
-¿Perdón por qué? Has visto algo y lo has
cogido sin ningún otro motivo que verlo, ¿no? - dijo ella, acercándose un poco
más y cogiendo su vibrador.
Al cogerlo, se lo metió en la boca como si
fuera una polla de verdad y empezó a lamerlo de una manera sexy, para dentro y
para fuera, para dentro y para fuera... De vez en cuando, lamia solo la
puntita, otras veces pasaba su lengua por toda la extensión del aparato y otras
se lo metía hasta el fondo, dándole vueltas en la boca muy despacito. Yo veía
como jugaba con la lengua en la punta del mismo y notaba como su equivalente en
mi anatomía se revolvía inquieto…
Al cabo de un rato, me dio el aparato y se bajó
el pantalón corto que llevaba, dejando al aire su coñito caliente, pues no
llevaba ni bragas ni tanga. Yo entendí la indirecta (o la directa, según se
mire…) y se lo metí como si la follara de verdad y empecé a moverlo para dentro
y para fuera, para dentro y para fuera… Ella se apoyó en la encimera y yo seguí
penetrándola con el vibrador durante un rato, a veces muy despacio y otras más
rápido. También la golpeaba con la puntita en el ídem de su coñito… Ella gemía
de placer cada vez más fuerte y al final se corrió (como hice yo aunque no
fuera mi polla la que hubiera hecho todo el trabajo). Se subió el pantalón
corto, se sentó en una silla y me dio las gracias por el buen rato que la había
hecho pasar. Además me invitó a un refresco mientras hablábamos de distintos temas
y al cabo de unas dos horas más o menos, yo me fui a mi casa. Cuando cerraba la
puerta de mi vecina, creí oír que decía que había que repetirlo.
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