jueves, 20 de diciembre de 2012

Esta vez es uno real


-----/////-----FIESTA PRESENCIAL-----/////-----

Estaba pensando si sería bueno dejar de contar por una vez sueños y contar una situación real que me paso no hace mucho. Lo he pensado mucho, después de hacerlo (quizá demasiado tiempo), he decidido que sí, que voy a contar una experiencia real y que si no s gusta, la quito y en paz, mis lectoras, jejejejejeje.

     Estábamos un grupo de amigos en casa de uno de nosotros, en el pueblo vecino del mío. La verdad es que estábamos viendo el partido que daban ese día por la tele, cuando llaman a la puerta. Me levanto a abrir y es otro amigo, que entra y nos dice que le han invitado a una fiesta de otro amigo común y que este le había dicho que nos lo dijera, por si nos interesaba ir. Todos dijeron que no, que el partido estaba en su máximo apogeo y que no les interesaba perdérselo. Pero yo dije que sí y me fui con el chico que vino a avisarnos. Como no estaba lejos, cogí mi chaqueta y nos fuimos andando tranquilamente.

     Cuando llegamos, nos recibió el anfitrión y pasamos al salón de su casa, donde había mucha gente. A algunos los conocía y a otros no los había visto nunca. Entre estos últimos había una chica de fuera, quizá cubana o dominicana, que era preciosa y parecía muy simpática, además de estar más buena que el pan con queso (esto lo decía mucho mi padre, jejejeje). Estuve observándola un rato y no solo yo, porque note que había más gente que no la quitaba ojo de encima… y no solo hombres, la verdad.

  -Oye, amigo, ¿quién es esa chica que parece extranjera? – pregunte a mi amigo.

   -Una amiga de _____, creo. Me parece que es cubana, pero no estoy seguro – respondió mi amigo.

     En ese momento, llamaron a mi amigo y la chica salió de la habitación, así que me acerque a otro de los grupos que había formados y allí estuve durante un buen rato, sin dejar de mirar de vez en cuando a ver si volvía la chica cubana… pero no volvió.

    Todo el tiempo que estuve allí pensé en la chica cubana, pero ya estaba aburriéndome, porque llevaba mucho tiempo allí. Total, que al cabo de dos o tres horas empecé a pensar que era hora de irse. Así que empecé a buscar mi chaqueta. Recordé que estaba en la entrada, así que hacia allí me dirigí. Al salir al pasillo, vi que a ambos lados había varias puertas, cosa que no había visto al entrar. Me dirigí a la puerta de entrada, pero no llegue. Al pasar por una puerta del centro del pasillo más o menos (eso lo mire después de lo que voy a contar ahora), note como una mano me arrastraba a la habitación y una vez allí me tiraba sobre la cama.

     En lo que me dio tiempo a mirar, logre distinguir que la habitación era blanca, con el suelo marrón de un material que no enfriaba los pies, que la cama estaba a la izquierda de la misma, en posición horizontal… y nada más. Porque note como me bajaban los pantalones y los calzoncillos y me empezaban a chupar el pene de una forma muy sexy. Se lo metió en la boca y con la punta de la lengua jugo con la punta de mi polla durante unos minutos, hasta que procedió a metérsela hasta el fondo una y otra vez, una y otra vez… y yo excitándome cada vez más, un poco por la mamada y otro poco por no saber quién me la hacía.

     Unos minutos después de estos pensamientos, la dije que se tumbara y la penetre fuertemente, tras ponerme un condón que ella me tendió. Ella gimió y fue ahí cuando descubrí quien era. Era la cubanita que nadie podía dejar de mirar. Tenía un cuerpo estupendo y unas tetas de vicio, así que mientras la follaba se las lamía, primero una y luego la otra. A veces paraba para lamerlas más cuidadosamente, pero después volvía a empezar a penetrarla más velozmente.  Ella gemía cada vez más alto cada vez.

   -¡¡Siiii, siiiiii, siiiii. Maaaaas, maaaaas… dale más fuerte!!

     Y yo la hacía caso. La daba más fuerte. Al cabo de un rato, la dije que se apoyara en la pared para follarla por detrás y ella lo hizo. Empecé a penetrarla por detrás poco a poco, poco a poco. Ella gritaba y gritaba… pero resultó que los tacones eran inestables y se rompieron, cayendo los dos al suelo. Después de mirarnos con una sonrisa pícara, ella eligió que me sentara en la cama y ella se subió encima de mí para saltar con mi polla dentro, primero poco a poco y después más rápido, para enseguida detenerse y volver a empezar, para al cabo de un rato volver a detenerse y volver a comenzar poco a poco… hasta que ella noto que me corría dentro del preservativo y empezó a saltar más fuerte hasta que lo hice. Ella se bajó y note que también se había corrido.

     Tras ayudarla a vestirse, ella hizo lo mismo conmigo y me dijo su nombre (_____ creo recordar). Después salimos de la habitación y la acompañe a su coche. Entonces me dio una tarjeta, se despidió y se fue. Yo fui andando a mi casa y al llegar vi que en la tarjeta ponía que le encantaría repetirlo todo, incluso las horas de miradas indiscretas…

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